El Ayuntamiento de Matamoros ha puesto en marcha en este 2020 un programa de “reforestación” –más propiamente, arborización urbana– de las áreas verdes de la ciudad y de otras localidades del municipio. Asimismo, la ACNUR también ha liderado otro proyecto. Aunque este tipo de acciones se han implementado con anterioridad, ambas acciones responden a la tala de árboles del bordo del río Bravo por el campamento migrante y al conflicto que ello provocó (ver Newsletter, núm.7/15).
Tala de árboles del bordo
Desde que los solicitantes de asilo se establecieron en el bordo y el área de inundación del río Bravo (el Paseo del Río, según la denominación del gobierno local) (ver Newsletter, núm.6/22 y núm.7/14), empezaron a talar árboles para usar la leña como combustible (cocinar, calentarse) y, en menor medida, como material de construcción. En diciembre de 2019 varias organizaciones ambientalistas de la ciudad así como el gobierno local intentaron convencerles de detener esta práctica, aunque con escaso éxito.
Arborización del bordo
El gobierno local buscó la intermediación de las organizaciones humanitarias presentes en el campamento y en febrero de 2020 se alcanzó un acuerdo. El gobierno, mediante la Dirección de Espacios Públicos (DEP) municipal, reforestaría el área con el apoyo de aquellas organizaciones, para lo cual se preveía 1) realizar un conteo preciso de los árboles que habían sido cortados o dañados y 2) sembrar 3 ejemplares por cada 1.
Según el conteo realizado, se afectó un 40% de los árboles del área, aunque no todos se debieron a la tala; también se detectó la incidencia de una plaga. Para la 2ª acción se requería la autorización de la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA), al tratarse de una zona federal. La CILA no autorizó plantar en el área de inundación (el área entre el río y el bordo) argumentando que debe mantenerse libre de vegetación para impedir el desbordamiento; en cambio condicionó, como en otras ocasiones, la intervención en el bordo. Finalmente, en junio la DEP plantó 150 árboles (de la especie neem, Azadirachta indica) a lo largo de 760 m (de los 3 km que contempla el Paseo del Río), con la finalidad de disponer de una pista con sombra para quienes hacen ejercicio y pasean.
Programa “Plantando mi futuro”
Además de la arborización del Paseo del Río, en febrero de 2020 el gobierno local también anunció que la DEP plantaría árboles en otras áreas de la ciudad “para preservar el medio ambiente”. Así, en agosto se dio a conocer el programa municipal “Plantando mi futuro”, que tiene como propósito la “reforestación” de áreas verdes y mediante el cual la DEP se propone sembrar 11,000 arbolitos durante el año 2020. Los árboles son cultivados en el vivero municipal y corresponden a distintas especies adaptadas al clima de la región, como encinos, anacahuitas y ébanos. Además de la DEP, en el programa colaboran otras dependencias municipales (la Secretaría de Desarrollo y Bienestar Social, y la Comisión de Asentamientos Urbanos y Obras Públicas), además del apoyo puntual de distintas empresas industriales (Albéa Cepillos de Matamoros, Kemet de México S.A. de C.V., TPI Composites, etc.). A mediados de noviembre se habían arborizado cerca de 25 áreas, con un promedio de 100 árboles por área, todas en colonias de la ciudad con la excepción de una en el ejido La Gloria.
Arborización del Chapoteadero
Paralelamente, la agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados), que labora en el campamento migrante, también ha liderado otro proyecto de arborización. El proyecto forma parte de los “Proyectos de coexistencia pacífica”, que tienen por objetivo integrar a las personas desplazadas con la comunidad de acogida y mejorar las condiciones locales para la convivencia armónica. Asimismo, con este proyecto en concreto se buscaba reducir el impacto medioambiental derivado de la tala de árboles en el área del campamento.
Dada la negativa de la CILA a arborizar el área de inundación del río, se buscó un lugar alternativo. En esta dirección, el 6 de noviembre se llevó a cabo en la Unidad Deportiva Dr. Emilio Martínez Manautou, conocida popularmente como el Chapoteadero, donde se plantaron un total de 301 arbolitos de distintas especies (sobre todo pata de vaca, ébano y neem). Además de la ACNUR, en el proyecto colaboraron el Ayuntamiento de Matamoros (y la DEP), la Comunidad Esencia Urbana –una iglesia cristiana basada en el hip-hop, rap y reggaeton– y unos 25 migrantes y solicitantes de asilo (de Nicaragua, Honduras y El Salvador). Asimismo, se colocó una placa conmemorativa con las palabras “Plantar un árbol es sembrar una esperanza. Acción de reforestación realizada por personas refugiadas y migrantes a favor de la comunidad local”.
Versión en PDF: NewsletterBB-RGV_Vol 7_Num 35
Redacción: Brenda Lezith Espino Avilés, Xavier Oliveras González
Diseño: Mario Rodríguez Palacios